En la oscuridad me he perdido, alejándome de todo aquello con lo que soñaba cuando niño... la austeridad de la noche me cobijó entonces, aceptando la antigua costumbre, la sabiduría creada desde el principio. Decidí seguir las infinitas nubes, el vapor oscuro del aliento de muerte, la senda se hizo, en algún momento un poco más clara y fácil, todo era sencillo, no existía la complicación, no se conocía la derrota, el único defecto era el mundo. Pero después de todo ese mundo se apoderó de mí, me dio un alma, me dio una vida. Era inaceptable esa vida, en un principio, pero después de un tiempo me resigné, supe qué hacer, a dónde ir, con qué soñar. Pero eso no bastaba, seguía con esa vida, vagando en este jodido mundo, encontré una pequeña nube, una nube de las que dirigían mi camino en la otra vida, pero esa nube me asfixió, se metió entre mis poros, por mi nariz, por mi boca, ahogó en todo lo que creía, ahogó todo lo que había aprendido del viaje.
Ahora sueño, vuelo, me disperso por doquier, dejándolo todo atrás, pero aún extraño la extraña esfera en que me envolvió. La humedad está en mi cuerpo, pero dejaré que el sol la seque y la esparza, o si no tal vez, dejaré que pudra mis muros y derrumbe este castillo antiguo y olvidado.
La necedad de quien habita los sueños dejó la ignorancia, se impregnó en la tierra, lo secó todo, destruyó caminos, destruyó ciudades, se oían los gritos de los niños, el llanto de las madres; la tristeza de todos transpiraba, la soledad se trastornaba, se perdió entre líquidos... lo olvidó todo... lo dejó todo...
un poema en imágenes & more stuff
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